lunes, 17 de mayo de 2010

Cambia, todo cambia.

Recién hoy lo noto. Todo este tiempo fui la que querían, la que convenía y la que se suponía que debía ser. La que todos esperaran que fuera. Y tanto insistieron en amoldarme a su comodidad que me la terminé creyendo y fui la chica que no soy. De todas formas agradezco esa presión que me ayudó a ser la persona que hoy soy, no me arrepiento de eso. Pero tantas cosas no hice por temor a lo que otros dijeran, me jacté de ayudar a todos olvidándome de mi misma. Aunque ya había tomado conciencia de la situación que estaba a mi alrededor pero por esa educación que había recibido opté por no tomar cartas en el asunto y mostrarme sumisa ante esto. Pero las hormonas suelen ser más fuertes y gracias a influencia de otros cambié de opinión aunque lo exprese hoy y no hace unos meses. Ya no quiero ser ese intento de presión que se pasa la vida en un intento desesperado de ayudar a los demás, creyendo que así se hace un mundo mejor. Y la verdad que no me quiero ir de esta vida hasta haber al menos ayudado a alguien, haber podido cambiar una vida para bien, antes de hacer algo realmente valioso por alguien.

Muchas personas luchan contra su egoísmo mientras yo trato de sacar a relucir el mío que poquísimas veces salió. Empezaré por preocuparme un poco menos y disfrutar un poco más. Sé que con esfuerzo puedo logar lo que me plazca y voy a empezar por eso que más deseo hacer y es estar con la persona que quiero. Ya no me importa lo que otros vayan a decir, ni cuantos corazones deba romper o cuantas peleas tenga que tener, correré el riesgo sólo si con eso lograré mi objetivo hiriendo lo menos posible. El sufrimiento ajeno es algo que no puedo evitar porque de esa nadie se salva.

Me harté de llamar a los asuntos con apodos. Las cosas por su nombre, ya no más Nadie, Am520, Pet ni demás. Tampoco soy tan idiota cómo para gritar o registrar nombres, más sabiendo que todo lo que diga (o escriba) puede ser usado en mi contra en un futuro no tan lejano.

Ahora puedo entender a los que cambian, los que se hartan de sí mismos y de lo que los demás esperan que pasen. Demasiado previsible, se vuelve monotonía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario