Relationship

Es realmente increíble como cambian las cosas con las personas luego de que ves el punto desde su perspectiva. Y de repente ese punto del que estabas convencida era perfecto, de repente no es tan punto. Quizá de repente es un hexágono, o más complicado aún, podría ser un decágono. Lo único que ves es que ahora ya no es todo como antes. Creo que de mi experiencia puedo sacar algunos puntos perfectos y otros no tanto pero basta un cambio de perspectiva para verle el lado bueno a todo.

Una decisión, de eso pende todo; la decisión que salga de la boca del otro es lo que realmente importa. No siempre hay que valerse de lo que se escribe o rumorea, a lo mejor por eso todavía no me resigno pero bueno así soy. Creo que el hecho de no rendirse jamás es lo que alimentó al mundo cientos, miles y millones de veces y lo sigue haciendo ¿que diferencia se encuentra en seguir intentando y rendirse? Que de última rendirse lo harás si no puedes seguir intentando y si te rindes no tienes la oportunidad de luchar por eso. 

Ahora, si sigues intentandolo  hay ciertas pautas que no se pueden desconsiderar porque de ahora en más todo lo que hagas deberá ser más cortante y preciso. Nada de "lo hago y que salga lo que salga", esto ya no es el azar y quizá pienses eso debería haberlo hecho antes. Bien, si no lo hiciste fue por algo ¿no? y ahora tenes más tiempo para deliberar bien lo que harás. 

  Manos a la obra                                                                                  

Es importante tener un plan mental meticulosamente armado, porque con sinceridad no es pavada la cosa, o como dice mi madre no es soplar y hacer botella. Todo lo que digas, hagas o escribas en este momento es crucial, es la diferencia entre seguir y caerse definitivamente. De todas formas en el camino uno tropieza y cae pero hay que saber levantarse y seguir caminando con más ímpetu que antes. Nos vamos a encontrar con millones de obstáculos que nos separan de lo que a nosotros nos importa y la clave está en no dar nada por sentado que el juego no está perdido hasta que te lo digan. Va a doler peor lo mejor es esperar a que veas que no das más o que la situación es totalmente irremediable. Cada quien conoce sus límites y todo esto se aplica sin atosigar. Y no es el jodido destino: muchas veces te va a tocar tener que sentarte a su lado, o tener que hacer un trabajo grupal del colegio e incluso encontrartelo de casualidad cuando vas a comprarte ropa. Y te vas a querer morir porque cada vez que lo ves sentís que está más lindo que la vez última, y es algo que cada vez querés más. 

Se convierte en una necesidad saber que está ahí. Nuestras amigas nos dejan pegadas frente a ellos y aún así siempre encontramos una manera de arreglarla... o no. Pero ponemos todo nuestro empeño cada día en estar bonitas para esa persona solamente, no te importa que al ir por la calle los chicos se te queden mirando, no te importa tener que soportar a tu madre decirte que no te pongas rimel para ir a estudiar (lo que es una injusticia porque solo es rimel y queda totalmente femenino y natural), no te importa que otras te miren con mala cara, no te importa que tu mejor amigo se enfade porque te arreglas tanto para alguien que según él ni te registra, no te importa nada de eso. Sólo te importa que él te diga que linda estás hoy, o ese vestido te queda muy bonito. 

Y ahora ¿¡qué onda!?

Y lo peor de todo es que pasamos meses esperando oír algo de ese calibre y no llega pero cuando todo va peor y ya te resignas a olvidar a esa persona, cuando ya estás en camino de dejar de sentir un vínculo tan fuerte e inexistente vez algo que no te cerraba peor que se acentúa.

Una mirada de celos suyos, una sonrisa, una mirada aún más insistente, comentarios de los otros, más miradas, más contacto, menos timidez, más espontaneidad, sentís que el corazón te salta del pecho y todo ¿por qué? porque nuevamente se encendió algo dentro de nosotras y nuevamente emprendemos carrera por lo "inalcanzable" . Las que llegamos acá somos pocas, lo admito. No muchas resisten todo esto, pero las que llegan casi todas triunfan. Porque no dejan que nadie les pase por arriba, porque no piensan tirar todo después de tanto llorar y quejarse, porque por un mes de malas notas no se quedaron sin hacer nada, porque en lugar de esperar a que pase la tormenta se largan a caminar bajo la lluvia. Esa es la actitud, son esas las que triunfan porque llega un momento que la otra parte cede, es cierto que hay espejismos vemos cosas que queremos ver pero ¿saben qué? esos espejismos no duran mucho, porque siempre hay alguien que te abre los ojos y si vez que pasaron años y no pasó nada es porque todo anda mal. Y no deberíamos permitir que pasaran los años, que cumpliéramos 15, 16, 17 o 18 años. 

Las ganas y las espectativas nos superan y de acá todo es vertiginoso, arrementemos contra todo lo que nos encontramos que no nos deje avanzar, todos los esfuerzos tienen resultado, al fin nos orientamos. Cada vez más cerca, tratamos de entrar por todos los medios posibles a eso y nada nos parece imposible de hacer. En este punto la vergüenza se perdió casi totalmente pero no nos vemos imposibilitadas en ningún aspecto. El no tener vergüenza nos empuja cada vez más a lo deseado. 

Y colorín, colorado...

El final de la historia depende de los logros que se hayan tenido, la confianza y la disposición suya. Puede que después de tanto intentar todo haya salido bien y ahora quizá puedan ser algo más que amigos. Y si no, con todo el dolor del mundo uno tendrá que olvidar toda la situación. Parece tarea imposible, pero si no funcionó entonces - aunque parezca mentira- hay algo mejor esperándonos.